Hace unas semanas
hubo un debate muy fuerte en el Facebook sobre un anuncio que hizo Cheester
sobre aceptar o no la realización de reuniones en sus instalaciones y en un
inicio el efecto fue negativo ya que las instalaciones se veían “vacías” en comparación
a la clientela diaria de semanas anteriores pero tal efecto pareciera que se ha
olvidado ya que para beneplácito de Cheester Las Plazas Outlet, la clientela ha
regresado.
Me ha tocado ir
en algunas ocasiones a probar sus platillos en esta nueva sucursal y
sinceramente no le he encontrado la magia que alguna vez tuvo. Los planes de expansión
de cada uno de los empresarios es muy válido y fundamentado en que un cambio
positivo siempre será para mejorar y en cuanto a la cuestión económica, el
cambio para Cheester ha sido muy bueno; aparte que fue una formula ganar –
ganar incluso para la misma plaza.
En las ocasiones
que he ido me he encontrado con la mala “suerte” de que los meseros tardan
mucho en atender y aunque es justificable con la gran demanda que tiene en
horarios pico, se ve muy claramente que les falta realizar un ejercicio de indicadores
de gestión especializados para poder elevar la calidad en servicio y también en
los alimentos.
El diseño del
nuevo restaurante es maravilloso y muy de la mano de la personalidad de sus
dueños al verse la influencia de la gente joven en el proyecto pero no siempre
lo más bonito es lo mejor y este es el caso para Cheester; antes una de las
pizzas que más me gustaba eran las de Cheester pero después de probar la de
Piola no hay punto de comparación y no vaya a leerse este comentario como algo
negativo sino como una crítica como la de cualquiera de ustedes.
Sí recomiendo
visitar Cheester de Plaza Outlet pero vayan preparados para aguantar un poco de
tiempo mientras te sirven tu platillo y aunque se perdió la magia de un pequeño
restaurante, la calidad es aceptable.